jueves, 30 de junio de 2011

¡35 AÑOS! ¡FELICIDADES MONTESSORI!

Colegio María Montessori empezó su celebración de aniversario con la serie de las actividades educativas y culturales. Les presentamos algunas:

JUEVES 23.06.2011.

Charla de nuestros alumnos con Luis Repetto Málaga







MACHU PICCHU A CIEN AÑOS DE SU REDESCUBRIMIENTO

Oculta por mucho tiempo y redescubierta por Hiram Bingham el 24 de julio de 1911 la ciudad sagrada de los incas se engalana para celebrar cien años de su redescubrimiento. De valor universal excepcional, Machu Picchu se impone como un bien patrimonial mixto, donde la naturaleza presta sus formas para que el ingenio de nuestros antepasados incas labren en su complejo y abrupto paisaje la forma imponente y mística que irradiando cultura  se constituye hoy en maravilla mundial y orgullo de todos los peruanos.

Denominado Santuario Histórico, Machu Picchu irradia la energía de  un imperio cuyo soberano quiso demostrar al mundo su poder divino trascendiendo el tiempo y las distancia, como si el Intihuatana (lugar donde se amarra el sol) desplegara todo el poder contenido durante años y con la ayuda de los Apus amarrase nuestras mentes y nuestros corazones hacia un solo objetivo: Rendir culto a la naturaleza, a las montañas, al agua, a la piedra, al sol y por encima de todo a un imperio que supo dominar un medio hostil convirtiéndolo en una hermosa joya arquitectónica. 

Imponente y majestuoso Machu Picchu muestra  a sus visitantes toda la complejidad de su monumental arquitectura, mausoleos, redes hidráulicas, fuentes de agua, piedras talladas a mano y  terrazas estratégicamente ubicadas que nos asombran  por la inigualable adaptación armónica del paisaje, sin perder ninguna de sus formas.

Tan ceremonial y suntuosa en su contexto, ni los embates de la naturaleza han podido destruirla. Construida como una fortaleza para el control de pueblos belicosos aledaños, como lugar de culto relacionado a la observación de los astros, entendida como último refugio de la nobleza inca tras la caída del Tahuantinsuyo, o  como hacienda real y lugar de descanso  para Pachacútec,  lo cierto es que Machu Picchu fue pensada para perdurar en el tiempo, constituyéndose como pieza clave  de nuestra Identidad y  principal centro de turismo en nuestro país, razón por la cual  el Perú  entero se pone de pie para realizar las celebraciones  con proyección internacional que este siete de julio nos unirá a todos los peruanos.

                                                                                                                    Lic. Karina Atarama Cabrejo




martes, 21 de junio de 2011

El Colegio Montessori celebra sus 35



Si algo ha procurado el Colegio Montessori, a lo largo de sus ahora treinta y cinco años de vida institucional, es buscar progresivamente ese conjunto de rasgos que toda institución reconoce como su modo personal de concebir la enseñanza. Ha buscado fijar, en otras palabras, su identidad, su estilo educativo, aquel derrotero que lo defina en sí mismo. ¿Lo ha logrado?

Veamos. Es posible afirmar, a grosso modo, que el Colegio Montessori brinda ante todo una educación de calidad. Lo establece así su misión y es además la sensación, creemos (y esperamos no errar), que comparte la comunidad. Ahora bien, ¿qué hacer para que el concepto “educación de calidad”, como suele suceder, no suene a vacío, a frase hecha? Empecemos por precisar qué singulariza al Montessori en este aspecto, qué lo distingue de sus pares.

El profundo interés que a lo largo de estos no pocos años ha mostrado el Colegio en promover una educación académica y una formación humana óptimas, es una prueba indiscutible de ello. Lo son, asimismo, el proceso de Acreditación en que se ha embarcado y las actividades artísticas o las iniciativas de tipo cultural que anualmente celebra. En todo caso, ¿qué caracteriza a todos estos eventos?

El Colegio Montessori ha buscado siempre (busca) promover actividades que no solo involucren la participación de sus alumnos o profesores sino, sobre todo, que favorezcan a la comunidad piurana en general. Es el compromiso que la institución ha adquirido no solo con sus miembros sino con su ciudad.

Este año, con motivo de su treinta y cinco aniversario, por ejemplo, surge la idea de realizar un evento culturalmente distinto. Tomando como punto de partida la grata coincidencia con las celebraciones por el “Centenario de Machu Picchu para el mundo”, se han previsto una serie de actividades relacionadas. Conferencias magistrales, exposiciones gráficas, talleres de quechua, ambientación de las instalaciones, entre otras acciones que buscan incentivar el interés por el imperio inca, por Machu Picchu, y lo que ello representa: cultura andina, identidad peruana.

Este evento de aniversario tiene como objetivo, aparte de convertirse en una verdadera fiesta, promover dentro de la institución la confraternidad entre sus tres niveles educativos (Inicial, Primario y Secundario) e involucrar a los padres de familia; y fuera de ella, promover la participación del público en general. El Colegio Montessori abre sus puertas al bienestar de la comunidad piurana y colabora en la construcción del anhelado espacio cultural propio de nuestra ciudad.

Dentro del programa previsto, es sin duda el Espectáculo de música, teatro y danza “Con la fiesta del Sol Celebramos el Centenario” (debido a los casi tres meses que ha llevado su preparación y a los cerca de trescientos artistas participantes, entre alumnos y profesores), del día viernes 08 de julio, la actividad central. Es uno de los pocos casos en que, a través de la escenificación del Inti Raymi, una institución en Piura se suma de manera tan directa a las celebraciones nacionales.

Ahora bien, no se trata, como pudiera pensarse, de la primera ocasión en que Montessori se embarca en esta actividad. Hace poco más de diez años, en un contexto distinto, y teniendo como marco una celebración distinta, el Colegio realizó con enorme éxito una primera escenificación de la fiesta de los incas. Con la experiencia que pueden otorgar los años, anhelamos superar en mucho (hacemos cruces para que así sea) lo realizado en aquella ocasión.

Y puesto que ello depende del esfuerzo de los participantes y del ánimo que puedan contagiar los asistentes, la familia Montessori extiende nuevamente la invitación a toda la comunidad piurana para participar en las actividades de celebración por su treinta y cinco aniversario de vida institucional. Del viernes 24 de junio al viernes 08 de julio existe ya un excelente motivo para visitar nuestras instalaciones.

Lenin Heredia Mimbela

Colegio Montessori

jueves, 16 de junio de 2011

Más allá del turismo, Machu Picchu es identidad.

Lenin Heredia Mimbela

Colegio Montessori



Alrededor del nombre Machu Picchu existe una diversidad de sentidos. En primer lugar, por supuesto, se reconoce como tal a aquel gran centro turístico ubicado en la ciudad del Cusco, a donde anualmente llegan, atraídos por historias milenarias o por curiosidad cosmopolita, miles de visitantes de todo el mundo. Es más, sin arriesgar exactitud, sería posible afirmar que Macchupicchu ha pasado, gracias al tiempo y la costumbre, a ser identificado de manera espontánea con la idea del “turismo”. ¿A Cusco? Por supuesto. ¿A Macchupicchu? Sin duda. Nada más emocionante o nutritivo para el espíritu (y la cámara fotográfica) que la gran ciudadela de los incas. Esto representa para el país, sea dicho de paso, fortísimos ingresos económicos. Sin embargo, más allá de este detalle, y más allá incluso de las referencias históricas, vale preguntarse qué significa verdaderamente Machu Picchu para el Perú, para sus ciudadanos y su identidad.

Es cierto que no es esta una pregunta que nos hagamos muy seguido, o que siquiera nos hagamos, a secas. Resulta mejor seguir dando vueltas sobre lo ya sabido, sobre aquellas frases hechas o puntos de vista recurrentes. Que fue descubierta por Hiram Bingham. Que incluso antes del explorador norteamericano la ciudadela era ya conocida por los pobladores del lugar. Que se trató de un refugio militar inca, o acaso de un centro de descanso. Por lo pronto, dentro de este amplio archivo de información, queda claro que el nombre Macchupicchu identifica simbólicamente –concentra, digamos, en esencia- a la cultura de los incas. Los detalles para precisar si se trató de un proyecto impulsado por Pachacútec, o acaso de algún otro jerarca, detalles que pueden lindar con la erudición, quedan por un instante de lado, se ven desplazados por el hecho contundente de representar, para el gran público, a toda la cultura andina o quechua.

Ahora bien, la gran paradoja llega al preguntarse: ¿es tan fuerte nuestra atracción por la cultura quechua como fuerte es nuestra atracción por Macchupicchu? Es más, ¿qué es realmente para nosotros, ciudadanos del extremo norte del país, la cultura quechua? Sabido es que no mucho antes de la llegada de los españoles existió una gran civilización que ocupó los Andes y alcanzó un alto desarrollo político, cultural y económico. Pero, ¿qué pasó con ella tras la conquista? ¿Qué sucedió con sus descendientes tras, digamos, la Independencia? ¿Ha desaparecido esta cultura? ¿Se ha transformado? ¿Se expresa hoy mismo? La celebración del centenario del descubrimiento de Macchupicchu para el mundo, este año, es un excelente motivo para detenerse en ello.

Para explicar esta situación, y entender de mejor manera dicho entramado, vale recordar brevemente el caso de Luis Alberto Sánchez. Este estudioso de la literatura peruana cometió, pese a sus aportes, un error de acercamiento y apreciación respecto de la cultura quechua. Si bien aceptó la existencia de una literatura que emanaba de ella, cuya presencia y florecimiento atravesó incluso el periodo de conquista, pasó por alto la posibilidad de que existiera una literatura quechua contemporánea. ¿Las expresiones culturales quechuas murieron hace algunos siglos? Salvo ciertas recopilaciones de poemas prehispánicos, ¿no se daban en la actualidad creaciones de este mismo pueblo? Resulta más o menos notorio, y esto nos lo debería recordar también el nombre Machu Picchu, que la respuesta es negativa.

Lo quechua, la influencia de lo quechua, sus ciudadanos, la identidad misma del país descansa (o debería) sobre una base cultural que proviene de allí y que no descarta las demás influencias. Lo quechua más lo extranjero, así se resumiría la identidad peruana. No debería por tanto olvidarse que si Machu Picchu, esa hermosa y mágica construcción, está allí para los peruanos y para el mundo, es para conservarla y apreciarla pues representa parte fundamental de nuestra identidad. De esta manera es posible superar el criterio inicial y dejar de considerar este bien histórico únicamente como ruta turística, y empezar a mirar hacia él como al símbolo de un país y una cultura vivientes.

La revaloración de esta cultura puede, pues, asumirse desde distintos puntos. El Colegio Montessori, por ejemplo, con motivo de sus 35 años de vida institucional, ha decidido realizar una serie de actividades que promueven justamente el interés por lo andino. Ello en el marco de las celebraciones por los cien años del descubrimiento de Machu Picchu para el mundo. El público podrá asistir a talleres de quechua, exposiciones gráficas, conferencias, conversatorios, debates, etc., actividades todas imbuidas en el firme compromiso de rendir homenaje a nuestra cultura. La actividad sin duda más importante, aquella que moviliza por estos días a casi todo su personal, es la puesta en escena de la fiesta del Inti Raymi, prevista para el día 08 de julio.

martes, 14 de junio de 2011

¿Podemos vivir desconectados?

Adolescentes experimentan vida sin electrónicos por 6 meses
Por Por BETH J. HARPAZ | AP – sáb, 11 jun 2011

NUEVA YORK (AP) — Susan Maushart vivió el sueño de todo padre moderno: Desconectó a sus hijos adolescentes.

Durante seis meses, Maushart quitó la internet, la televisión, los iPods, los celulares y los juegos de vídeo. El fantasmagórico brillo de las pantallas dejó de iluminar la sala de estar. Los aparatos electrónicos ya no sonaban por la noche, como "grillos maléficos". Y ella dejó de llevar su iPhone al baño.

El resultado de lo que Maushart llama "El Experimento" fue una inmersión en la vida real.

Como Maushart explica en un libro publicado en Estados Unidos y llamado "The Winter of Our Disconnect" (El invierno de nuestra desconexión), ella y sus hijos redescubrieron placeres simples, como juegos de tablero, libros, viejas fotos, cenas familiares y escuchar música juntos, en lugar de cada uno conectado a su propio iPod.

Su hijo Bill, un adicto a los juegos de vídeo, llenó su tiempo libre tocando saxofón. "Cambió Grand Theft Auto por las obras de Charlie Parker", escribió Maushart. Bill dice que El Experimento fue meramente la chispa, y que él habría vuelto a la música tarde o temprano. Sea lo que haya sido, él se dedicó tan seriamente al saxofón que cuando se acabó la veda electrónica, vendió su consola de juegos y ahora estudia música en la universidad.

La hija mayor de Maushart, Anni, estaba menos "conectada" y leía más que sus hermanos, así que su transición fue la más fácil. Sus amigos pensaron que la prohibición era "cool". Cuando necesitaba computadoras para hacer las tareas escolares, iba a la biblioteca. Incluso ahora, pasa tiempo sin conectarse a Facebook.

La hija menor de Maushart, Sussy, fue la que tuvo mayores dificultades. Maushart había decidido permitir el uso de internet, TV y otros aparatos electrónicos fuera de la casa, y Sussy inmediatamente adoptó esa opción, tomando su laptop y mudándose con su padre —el ex esposo de Maushart— por seis semanas. Cuando regresó a la casa de su madre, se pasaba horas hablando por el teléfono de línea fija.

Pero la privación electrónica tuvo su impacto de todas formas: Las calificaciones de Sussy mejoraron considerablemente. Maushart escribió que sus hijos "se despertaron lentamente del estado de cognitus interruptus que había caracterizado muchas de sus horas de vigilia, y se volvieron mejores pensadores".

Maushart decidió desconectar a la familia porque los muchachos —de 14, 15 y 18 años cuando comenzó El Experimento— no sólo usaban los medios, "vivían en ellos".

"No se acordaban de la época antes del correo electrónico, o los mensajes instantáneos, o Google", escribió.

Al igual que muchos adolescentes, no podían hacer sus tareas escolares sin escuchar música, actualizar sus páginas en Facebook e intercambiar mensajes instantáneos". Las niñas se habían vuelto "meros accesorios de su propio perfil en las redes sociales, como si la vida real fuese un ensayo con vestuario para la próxima actualización".

Maushart admite haber sido tan adicta como sus hijos. Neoyorquina de nacimiento, vivió en Perth, Australia, cerca de su ex esposo, y curaba su nostalgia con podcasts desde Estados Unidos. Su mayor reto durante El Experimento fue "abandonar la falsa ilusión de avestruz de que enterrar la cabeza en información y entretenimiento de mi país era tan bueno como estar allí".

Maushart comenzó El Experimento con una medida drástica: Cortó completamente la electricidad durante unas pocas semanas, usó velas en lugar de bombillas, tomó duchas frías y comió alimentos guardados en hieleras. Cuando se acabó el apagón, Maushart esperaba que la reacción de aprecio por la electricidad suavizaría la transición de sus hijos a la vida sin Google ni celulares.

Como resultado de El Experimento, Maushart hizo un cambio importante en su propia vida. En diciembre, se mudó de regreso a Longs Island, Nueva York, con Sussy. Por supuesto, la mudada perpetuó la necesidad de Maushart de vivir en dos lugares a la vez: Mantuvo su trabajo como columnista de un diario australiano y está "viviendo en Skype", porque sus otros dos hijos se quedaron en Australia estudiando la universidad. Irónicamente, la internet alivio la transición a Estados Unidos para Sussy, que usó Facebook para establecer amistad con niños en su nueva escuela antes de llegar.

Maushart entiende que vivir totalmente desconectado por seis meses no es algo realista para la mayoría de la gente.

Pero alienta a las familias a desconectarse periódicamente. "Una forma de hacerlo es establecer un día a la semana sin pantallas. No como castigo, sino como algo especial", dice. "No hay un niño en el planeta que no preferiría jugar un juego de tablero que sentarse frente a su computadora".